Hematólogo Quito
Trombosis
Una trombosis es la obstrucción de un vaso sanguíneo provocado por un coágulo de sangre (trombo). Normalmente, afecta al sistema venoso profundo (venas profundas) de las extremidades inferiores; En una trombosis, los síntomas típicos son dolor e inflamación de la pantorrilla o del muslo, dependiendo del lugar donde se asiente el coágulo.
Si existe sospecha de trombosis, el médico deberá confirmar el diagnóstico mediante un método de imagen. El éxito del tratamiento depende, en gran medida, de la pronta instauración del mismo, por ello, estos exámenes deberán efectuarse lo antes posible.
Para el diagnóstico de una trombosis, la primera prueba de imagen utilizada es la ecografía, ya que es una prueba poco agresiva. Para casos más complejos o en los que existen dudas se realiza una prueba con contraste radiológico inyectado en las venas de la extremidad afecta (flebografía). Para eliminar el coágulo, el paciente recibe fármacos anti-coagulantes (heparina). Además, un vendaje compresivo a lo largo de toda la extremidad (pierna o brazo).
La contracepción con estrógenos (por ejemplo, la píldora anticonceptiva, los parches hormonales o el anillo vaginal) aumenta el riesgo de sufrir una trombosis. Las mujeres de grupo de riesgo pueden optar por alternativas que no incluyan estrógenos.
Anualmente, una media del 0,1% de la población sufre una trombosis. Afecta algo más a las mujeres que a los hombres. También son importantes la edad, la etnia y la existencia de otros factores de riesgo. Los factores de riesgo descritos para una trombosis son llevar una vida muy sedentaria, varices, una tendencia elevada a la coagulación de la sangre tras una operación, parto o enfermedades hematológicas (coagulopatias). La probabilidad de sufrir el síndrome de la clase turista o del viajero en un vuelo de larga duración aunque posible, es poco probable si no existen otros factores de riesgo.
En una trombosis, el objetivo del tratamiento consiste en disolver el coágulo (trombo) y restablecer así el flujo sanguíneo. Si ya se ha padecido un episodio de trombosis las posibilidades de sufrir un segundo espidodio son mayores. Ante la presencia de factores de riesgo, hay que realizar una serie de medidas preventivas (profilaxis de la trombosis), por ejemplo, llevar medias de compresión, moverse lo suficiente (realizar ejercicio diariamente) o elevar las piernas.